En esta oportunidad, tuvimos la suerte de poder conversar con la médico Pavlova Polanco, residente de Honduras, un país ubicado en América Central, del que muy pocas veces recibimos noticias en Chile. Logramos coordinar esta entrevista gracias a las redes que se han formado bajo el alero del programa Young Leaders of the Americas Initiative (YLAI 2023), del que esta revista es parte. Tomamos contacto con Pavlova para conocer más sobre el proyecto que lleva adelante llamado “Sin tanto alboroto”, donde se busca educar a la población en temas de salud sexual y reproductiva. 

– Por favor, cuéntanos sobre “Sin tanto alboroto”, un nombre que sugiere dejar de lado el tabú.

Exacto. Es una forma creativa de hacer información científica en salud sexual reproductiva accesible para todas las personas, sin el tabú, sin el estigma, sin los filtros que muchas veces hay al hablar de salud sexual integral o, en general, temas de salud sexual. 

– ¿Esto es a través de alguna plataforma? ¿Talleres presenciales? ¿Cómo se acercan a la comunidad?

Sin tanto alboroto nació dentro de un consultorio de atención médica, donde muchas mujeres -en este caso mujeres indígenas- empezaron a realizar preguntas sobre salud sexual y había muchas de esas preguntas que yo no sabía cómo contestar adecuadamente. Entonces, decidí estudiar y profundizar más sobre el tema para prepararme para la próxima consulta, la próxima situación. Luego fue creciendo un poquito más, por medio de talleres, enfocándonos en personas con discapacidad y en mujeres -adolescentes y jóvenes- de áreas rurales de mi país donde muy frecuentemente se trata este tema “bajo la mesa”. O sea, no se discute de buena forma. Entonces fuimos tratando, por medio de estos talleres y conversaciones, ya sea dentro del consultorio o en lugares más amplios, de decir “hey, esto es normal, no tenemos que dejar de hablarlo ni darle de darle importancia en nuestras vidas”. También nos enfocamos en una plataforma virtual, ha sido una forma de crecer durante la pandemia, para llegar a más personas y poder transmitir información de manera informal, de manera creativa, algunas veces hasta divertida, sobre todo temas que a veces no se hablan. 

– ¿Hace cuánto tiempo llevas trabajando en este proyecto? 

– Empezó hace 3 años. 

– Esta plataforma que mencionas, ¿es a través de redes sociales o una página web?

– Es a través de redes sociales; empezó en Instagram y vamos creciendo a Facebook y Tiktok. 

– Mencionas que muchas de las consultas provienen de comunidades indígenas. ¿Hay un segmento importante de población indígena en tu país? 

– Sí, tenemos principalmente el pueblo indígena Lenca. Son mujeres de una parte central de nuestro país, que se dedican por lo general a actividades de cultivo, manualidades, tejidos. Muchas veces se tiene la percepción que son mujeres sumisas, mujeres ‘penosas’… digamos, es la idea que tienen muchas personas. Y cuando uno empieza a discutir, a hablar, a conversar, se da cuenta que tienen las mismas interrogantes o los mismos problemas, las mismas dificultades que cualquier otra persona, sólo que no se les ha dado la oportunidad o el espacio seguro para hablar de esto. 

– Te preguntaba por las comunidades indígenas porque aquí en Chile, por ejemplo, tenemos un Hospital Intercultural al sur de la Región del Biobío, en Cañete (donde se concentra gran cantidad de población Mapuche), donde se respeta el aspecto cultural de la salud de las comunidades, permitiéndoles elegir entre ser atendidos por un médico tradicional o por una Machi (algo así como una curandera / chamán Mapuche). ¿Esto se da también en Honduras? 

– No, el sistema de salud, el sistema educativo, muchos sistemas no tienen ese enfoque de respetar algunas enseñanzas que se han pasado de generación en generación y tratamos de trabajar siempre con una visión de respeto, pero no tenemos esa clase de programas con enfoques tan abiertos, donde la persona pueda realmente decidir cómo quiere tener un parto o proceso de salud. Muchas veces no se tocan temas de salud sexual en personas indígenas o con discapacidad porque se tiene la percepción de que no es importante en la vida de ellos, como si no fuera parte normal en la vida de ellos. Por eso, me he tratado de enfocar en ellos para poder visibilizar y hacer conciencia a los profesionales de la salud y de la educación, que es importante hablarlo para romper tabúes y aclarar dudas, hacer todo más integral. 

– ¿Trabajas con más colegas en este proyecto?

– Es por medio de voluntariado, de una organización llamada Community Health Partnership Honduras. Hacemos actividades presenciales con voluntarios tanto locales como extranjeros; profesionales de salud, de nutrición, de cualquier índole en realidad. Personas que por medio del voluntariado quieren tener un intercambio de aprendizaje y de cultura en estas regiones indígenas. Se hace dos veces al año, aunque por la pandemia sí se disminuyó en bastante medida. Por eso hemos tenido el enfoque virtual. Pero en lo que refiere a plataformas y creación de contenido, sí estoy solo yo. 

– ¿Cuáles son los principales tópicos o temas que están tratando en salud sexual?

– Fíjate que los temas más recurrentes son salud menstrual, conocer más sobre el ciclo; más que nada romper tabúes, porque nuestra cultura tiene muchos tabúes sobre alimentación, sobre algunas prácticas que no se pueden realizar durante la menstruación. Entonces es uno de los temas que generan más ruido. También hablamos sobre el derecho a recibir información sobre salud sexual reproductiva. Hace apenas dos días se aprobó una plataforma integral de educación para prevenir embarazo adolescente, pero hace dos días no teníamos en nuestro sistema educativo una idea, una estrategia o un currículum sobre cómo hablar de educación sexual en el sistema público. También éramos de los pocos países donde aún no se aprobaba la pastilla anticonceptiva de emergencia. Había muchos derechos que no estaban presentes aún en Honduras. Hemos tenido un avance el 08 de marzo pasado, sobre todo en salud sexual y de hacer la pastilla anticonceptiva de acceso libre. Entonces, hemos tenido mucho trabajo porque no había una base legal en la cual sustentarse. Todos eran temas que nadie quería hablar; ni en la escuela, ni en la familia porque -tal vez- tampoco tenían la información. Y en los centros de salud tampoco se hablaba porque no se le daba la importancia o el espacio. Los anticonceptivos, fíjate, no generan tanta bulla, pero sí conocer a fondo las infecciones de transmisión sexual, quitarle el miedo a hablar de salud sexual, sexo y reproducción. 

– ¿El aborto es un tema o simplemente ni se habla de ello?

– No, para nada. No es legal el aborto en Honduras. 

– Bueno, incluso en los países donde no es legal aún sí está en agenda, es decir, se habla de ello. En ese sentido, Honduras es bien conservador, me imagino.

– Sí, es bastante conservador. Y mucha gente piensa que hablar de salud sexual es controversial, por ser conservadores. Pero yo considero que no tienen la información de qué es salud sexual, porque al conocer se darían cuenta que no es controversial, que no va a alterar o perjudicar nuestras creencias o tradiciones. Yo siento que además de ser conservador, mi país no conoce a cabalidad qué es la educación sexual y qué se previene con ello. 

– ¿Por qué crees tú que Honduras tiene esta visión conservadora respecto a otros países de Latinoamérica?

– Yo considero que un aspecto importante es la religión. Es muy fundamental en nuestros pueblos la religión. Lo que nos han enseñado por muchos años, sobre lo que significa tener una relación o usar algún anticonceptivo. Está tan arraigado, estas creencias religiosas antiguas que se han transmitido durante años, que no nos permite ver con mayor claridad el avance o los beneficios que tendría la educación sexual integral.

– ¿Cuál crees tú es la proyección hacia el futuro, las cosas que faltan por cubrir? Tanto desde el gobierno como de tus propios colegas de la salud.

– A futuro yo veo un sistema educativo con mayor integralidad, con mayor espacio para tener actividades donde se pueden generar discusiones, conversaciones sobre derechos sexuales reproductivos y, a largo plazo, veo a profesionales entrenados, conscientes sobre estos derechos y de la importancia de incluir la sexualidad en el día a día, en las consultas con los pacientes. Poco a poco, pero sí vamos viendo un cambio en las nuevas generaciones de profesionales. 

– Tal vez es tarea también de las universidades incluir estos temas en el currículum formativo de los nuevos profesionales de la salud… Si de ti dependiera, ¿por dónde partirías?

– Yo considero que en la universidad se debería priorizar estos temas, enfocados en la interculturalidad y en el respeto a las personas con discapacidad, de manera general y específica, haciendo la diferencia entre cómo hablar de sexualidad don un adolescente o con una persona con discpacidad. Se debe trabajar mucho más este aspecto, porque muchas veces no tenemos la experiencia de enfrentar estos contextos en el día a día, pero tenemos que tener las herramientas para cuando se ejerza la carrera universitaria, contar con el material para saber qué hacer y cómo hablar de manera empatica y precisa los temas de sexualidad, sin discriminar, sin tabúes, sin estigmas. 

Texto: Fabián Rodríguez R. 

Fotografía: Gentileza Dra. Pablova Polanco.

frodriguez@thepenquist.com 

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